jueves, 17 de marzo de 2011

QUE NO OS VENDAN LA MOTO

La realidad, la cruda realidad, es que nos han desperdigado a los chicos y a nosotros. Os venden la moto diciendo que ocupan las plazas vacantes de otros centros del SRBS. No es verdad, lo saben y nosotros también y todos debeis saberlo.

Cada centro al que nos han mandado funciona con sus usuarios al completo, y con nuestra "ocupación" se les acumulan los problemas. A su falta de espacio para asumir una media de 30 personas más que atender, se añade la diferente forma en la que se trabaja, programa, dirige cada centro, tan distinto a veces que se hace cuesta arriba y es traumático cambiar una silla de un lado a otro. No todas ni a todas se nos ha recibido con pancartas de bienvenida, ni mucho menos. Se nota que toca tragar con las consecuencias que han provocado otros, con la premura, la absurda precipitación y eso lo pagamos los "okupas", obligados a ir "a la casa de otros", con lo que eso implica. A nadie nos gusta ceder nuestras parcelas ganadas con esfuerzo y lo peor es que nadie quiere que se aireen sus "trapos sucios". La presión se hace insoportable si se denuncia alguna deficiencia arquitectónica, de funcionamiento o de cualquier tipo. Pues duela a quien duela, cuando algo esta mal hay que decirlo y asumirlo.

No es la mejor ni la más perfecta manera de tratar a los usuarios con esta trashumancia. Ellos siempre agradecidos aunque se les trate mal como es el caso actual. Se puede maquillar el tema facilitandolo todo: Rutas a las puertas de casa., petición de cambio de centro o equipamiento, nada puede borrar la realidad diaria: parches nada más para acallar la situación; estamos mal, aguantando el tirón, de prestado, viendo los ojos tristes y perdidos de los chicos, con lágrimas en cada momento; con la puñalada en la espalda como persona y profesional, pero lo peor de todo, es el daño inmenso que hacen a quienes no se saben defender con la palabra: a nuestros usuarios. Se puede "entretener la perdiz" con cualquier tareita mona y que los padres encuentren la paz de saber que estan con nosotros en pequeños grupos en sitios destartalados, pero no la pena de saberlos desahuciados injustamente. No va todo bien, no estamos contentos, no estan bien atendidos, no mientan, si las condiciones son malas e incoherentes, tengan la bondad de decirlo, porque al final la verdad sólo tiene un camino.

Educadora C.O. Magerit

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